Se equivoca
todo aquel que intenta trazar
las coordenadas de la geografía de lo intangible:
una recta no une dos sueños,
la pasión no se puede recluir en un círculo,
los ángulos,
da igual el grado,
no representan la intensidad de una emoción.
Se equivoca todo aquel que trata de encasillar
en la cuadrícula de una definición
un suspiro,
un color,
un instante mágico,
un olor,
esa caricia que creímos
sentir una vez.
3 comentarios:
Sólo la nada y el infinito admiten signos matemáticos no cabalísticos (¿o no?). Origen y destino. Vocación y misterio. La polarización de lo intangible. La eternidad.
Creo que en cierta ocasión escribí algo sobre el cálculo de las emociones, pero el título anticipaba el resultado: Un problema sin resolver.
Besos, María José, et à bientôt!
Esa palabra, caramanchón, y esa llave...De nuevo en la panera de la casa mi madre, revolviendo entre objetos tan maravillosos como incomprensibles, escuchando no sin recelo el zumbido de las abejas en el corredor, mientras mi abuelo afilaba la navaja en la piedra redonda, con el pie en la manivela, la manivela de aquellos días, con todas las ecuaciones resueltas.
Saludos y gracias por esta pequeña nostalgia.
Qué gusto saber que alguién también entiende de llaves y camaranchones.
Sigo tu blog que descubrí a través de mi amigo Miguel. De descartes nada de nada ya quisiera yo hacer esas fotos.
Saludos y muchas gracias por tu comentario.
Publicar un comentario