domingo, 5 de diciembre de 2010

La puerta giratoria...




Estoy en una puerta giratoria
y, cada cierto tiempo, me tropiezo
con las mismas tristezas y alegrías.
No depende de mi, o eso imagino,
con que frecuencia se repite todo.
Porque a veces la puerta va muy lenta
y en mucho tiempo no sucede nada,
y en otras ocasiones cada giro
dura lo que un suspiro y me mareo.
Esto es un juego cruel lleno de trampas,
nunca consigo estar apercibida,
el miedo me domina por completo
y me anula para el aprendizaje
de emociones seriadas y macabras.
La desgracia me abate hasta el extremo
de dejarme insensible para el goce
de los momentos dulces que son muchos.
Ultimamente esta puerta
es una pesadilla recurrente.
Sólo espero encontrarme con tus ojos
otra vez, en cualquiera de las vueltas.

(Amalia Bautista)

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