Delfines en abril.
Detesto la incertidumbre
de tus puntos suspensivos,
y lo impreciso
de un etcétera.
¿Qué hay en ellos?
¿Por qué no dices que viene después?
Enséñame a jugar con este tiempo
en que no estás.
Dibújame un manual de intuiciones.
Escríbeme postales sobre los besos
que algún día me darás.
A cambio,
prometo llevarte al mar
a ver saltar a los delfines.
(Alfonso Cobo)
2 comentarios:
Noto un cierto aire familiar en este poema, querida amiga. "Del fin" hasta el principio. Vienen de mares lejanos, pero de amistad muy próxima.
Esperamos al náufrago. A ver cuánto tarda en aparecer.
Besos.
Las olas del mar siempre acaban en la orilla.
Se rompen y no se duelen. Pero luego resucitan. Son infinitas, invencibles. Yo ni infinito ni invencible, pero sí que acabaré en la orilla. Sin romperme o hecho espuma.
Besos a los dos y a ti, María José, gracias además por enlazar mi poema.
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