viernes, 30 de septiembre de 2011

Gambito de dama.



Porque éramos amigos y, a ratos, nos amábamos;
quizá para añadir otro interés
a los muchos que ya nos obligaban
decidimos jugar juegos de inteligencia.
Pusimos un tablero enfrente de nosotros:
equitativo en piezas, en valores,
en posibilidad de movimientos.
Aprendimos las reglas, les juramos respeto
y empezó la partida.
Henos aquí hace un siglo, sentados, meditando
encarnizadamente
cómo dar el zarpazo último que aniquile
de modo inapelable, y para siempre, al otro.

(Adélia Prado)

martes, 27 de septiembre de 2011

Falta de atención.

 






Ayer me porté mal en el cosmos.
Viví todo el día sin preguntar por nada,
sin sorprenderme de nada.

Realicé acciones cotidianas,
como si fuera lo único que tenía que hacer.

Aspirar, espirar, un paso tras otro, obligaciones,
pero sin pensamientos que fueran más allá
de salir de casa y volver a casa.

El mundo podría ser tenido por un mundo loco
y yo lo tuve para mi propio y trivial uso.

Ningún cómo, ningún por qué,
o de dónde ha salido éste,
o para qué quiere tantos impacientes detalles.

Fui como un clavo superficialmente clavado a la pared,
o
(aquí una comparación que no se me ha ocurrido).

Uno tras otro se fueron sucediendo cambios
incluso en el limitado campo de un abrir y cerrar de ojos.

En la mesa más joven, con una mano un día más joven
había pan de ayer cortado de forma distinta.

Las nubes como nunca y la lluvia como nunca,
porque era con otras gotas que llovía.

La Tierra giraba sobre su eje
pero en un espacio abandonado para siempre.

Duró sus buenas 24 horas.
1.440 minutos de ocasiones.
86.400 segundos que mirar.

El cósmico savoir-vivre
aunque calla sobre nuestro asunto,
exige, sin embargo, algo de nosotros:
una cierta atención, un par de frases de Pascal
y una sorprendente participación en este juego
de reglas desconocidas.
(Wislawa Szymborska )

lunes, 26 de septiembre de 2011

Contabilidad.









El debe y el haber:
doble columna
que el tiempo va asentando
sobre el libro de cuentas de los días
con mano minuciosa
y rigor que no admite apelaciones.
Tarde ves el balance,
las deudas, los desfases,
las pérfidas movidas del contable
que hizo que aquel cruzara muy temprano
y ese otro muy tarde por tu vida.
Y está lo que no ves,
lo consignado con miserables tintas invisibles:
la puerta que tocaste diez minutos después
de alguna despedida. La voz que nunca oíste,
la calle no cruzada, el paradero
en que tuviste miedo de bajarte.
Y en un rojo indeleble,
la cadena de tratos y pactos y traiciones,
la irreversible línea que te suma y te resta,
la que te multiplica y te divide.

(Piedad Bonnett )

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Ella.


Cuando se dejo caer
con la autoridad
de una variable auxiliar
esa que abre espacios
conquista rostros
y reconoce patrias de otros cielos
Supe que esa mujer
que salvapantallas como almas del purgatorio
era una y sólo una
entre todas las ecuaciones del firmamento.
Una mañana despertaré
sobre nubes absolutamente blancas
y esta será nuestra última derrota.

(Colectivo Aula Poética.
Juan Ernesto Abreu.)

lunes, 19 de septiembre de 2011

domingo, 18 de septiembre de 2011

Pereza.

"Pereza. La mesa de los pecados"
El Bosco.

Desde que era una niña
y me dijeron la palabra mágica
llevo esperando. Pero nunca llega.
Por esta carretera que bordea mi alma,
polvorienta y desierta como el centro,
nunca ha pasado
la diligencia.

(Amalia Bautista)

viernes, 16 de septiembre de 2011

Envidia.

"Envidia. La mesa de los pecados"
El Bosco.


¿Qué dicha encuentras en mi mal?
¿Qué alegría te entrega mi desgracia?
¿Qué placer te regala mi agonía?
¿Qué delicia descubres en mi llanto?
¿Porqué te hace gozar lo que yo pierdo?
¿Porqué disfrutas con mi ruina?
Si lo que yo no tengo tampoco será tuyo
y todas mis carencias serán todo tu fango.

(Amalia Bautista)

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Gula.

"La gula.La mesa de los pecados"
El Bosco.

El sabor de los higos, su textura
limando y lubricando la lengua, el paladar,
los labios, las encias.
El líquido estallido de las uvas
entre los dientes, inundando todo.
El chocolate derretido.
El café, el vino rojo, el pan caliente.
Mi almibar en tus labios
Tu sal sobre los míos.

(Amalia Bautista)

martes, 13 de septiembre de 2011

Ira.

"Ira. La mesa de los pecados"
El Bosco.
Ninguna más injusta por desproporcionada
que la ira de Dios
contra el gesto pueril de los amantes.
Sólo era una manzana
y el deseo de ser osados, libres, buenos.

(Amalia Bautista)

lunes, 12 de septiembre de 2011

Lujuria.

"Lujuria. La mesa de los pecados"
El Bosco.


No puede haber pecado en esta entrega,
en este deshilarse impidiendo la nada,
en este acto de fe.
Que a nadie se le ocurra venirnos con un cuento
lleno de represión y negaciones.
Quien no percibe la generosidad
de mi piel y tus manos
no debe hablar.

(Amalia Bautista)

domingo, 11 de septiembre de 2011

Avaricia.

"Avaricia. La mesa de los pecados"
El Bosco



El avaro jamás será dichoso.
El avaro malvive y no se gasta
ni una sola de sus monedas apiladas,
inservibles, mugrientas.
Y eso es imperdonable.
Porque el avaro, como todos,
morirá cualquier día, pero sin haber visto
el brillo de los ojos más amados
al abrir un regalo.

(Amalia Bautista)

viernes, 9 de septiembre de 2011

Soberbia





"Soberbia. La mesa de los pecados"
El Bosco



 No debí dirigirle la palabra,
pero es que no había visto
el montón de despojos sometidos
sobre los que se erguía su falsa autoridad,
su asquerosa grandeza.
Me tiró desde arriba aquella piedra:
“Tú no sabes con quién estás hablando”.
Yo sólo respondí: “Sé que eres alguien
a quien no quiero parecerme nunca”.

Amalia Bautista
(Poemario tres deseos, “Pecados”)

lunes, 5 de septiembre de 2011

Cambio de agujas.


 
 

Doble o nada a la carta más urgente
sin código, ni tribu, ni proyecto,
mi futuro es pretérito imperfecto,
mi pasado nostalgia del presente.
No tengo más verdad que la que arrasa
corrigiendo las lindes de mis venas.
Por diseñar castillos sin almenas
perdí, otra vez, las llaves de mi casa.

Veranos de buen vino y mala sombra,
de confundir enanos con molinos,
de viajar al abismo con alfombra.

Es hora de volver a la autopista
por donde van, burlando sus destinos,
el zángano, el adúltero, el ciclista.
Poema: Doble o nada

joaquin sabina